Peñón de Ifach

El fascinante peñón de Ifach (o penyal d'Ifac) se encuentra en la comarca alicantina de la Marina Alta y, con 327 metros de altitud, constituye uno de los iconos más representativos de la Costa Blanca.

Esta mole rocosa es, además, una de las últimas estribaciones de las cordilleras Béticas, y cuenta con largas paredes verticales donde los amantes de la escalada practican su deporte favorito.

También las personas amantes del senderismo frecuentan el Parque Natural del Peñón de Ifach, a través de una senda que asciende por la ladera norte de la pequeña pero abrupta península y que, además, cruza un curioso túnel, excavado en la roca en el año 1918.

El peñón de Ifach fue declarado parque natural en 1987 y, en la actualidad, cuenta con una superficie protegida de 53,3 hectáreas, que comprenden tanto la parte terrestre como las aguas marinas circundantes.

Curiosamente, en el peñón de Ifach encontramos una pequeña planta endémica conocida como Silene de Ifach (Silene hifacensis), que crece de forma natural en los acantilados de la costa norte de Alicante y en el litoral rocoso de la cercana isla de Ibiza.

Y, aunque en el peñón de Ifach existe una amplia variedad de especies de aves, con más de 60 catalogadas, sin duda la más presente es la gaviota patiamarilla, que en época de cría (primavera) se muestra muy territorial y algo agresiva.

Para llegar al peñón de Ifach debemos dirigirnos a la calle isla de Formentera, en Calpe. Al final de esta, veremos una pequeña explanada donde podemos aparcar nuestro vehículo, ya en la falda del peñón.

Historia del Peñón de Ifach


1. El peñón de Ifach de los íberos y otras culturas.

Los vestigios más antiguos de ocupación humana, hallados hasta el momento en el peñón de Ifach, se remontan a los siglos IV y III antes de Cristo.

De tal época se encontraron diferentes objetos de origen íbero, por lo que se cree que estos establecieron un pequeño poblado en el peñón de Ifach, que habría sido un muy buen punto de referencia para la navegación, en el intenso comercio que los íberos mantenían con las poblaciones del Mediterráneo.

También los romanos y visigodos como los musulmanes se fijaron en esta gran piedra, emergente del mar, para establecer un asentamiento, no sobre el peñón sino también en sus cercanías.

Se cree que los romanos, entre los siglos I y V, ya contaban con una explotación salinera muy cerca del peñón de Ifach, que se encontraría en torno a la piscifactoría hoy conocida como los Baños de la Reina de Calpe, donde se elaboraba garum y salazón.

Además, a muy poca distancia del vivero de peces aún podemos observar los restos de un conjunto de portentosas viviendas, de la misma época, con pavimentos de mármol y elaborados mosaicos. Más tarde, durante la dominación visigoda, una parte de estas viviendas se utilizó como necrópolis.

2. La Pobla Medieval de Ifach.

Los restos de este poblado cristiano amurallado se encuentran en la ladera norte del peñón de Ifach, a muy poca distancia del Centro de Interpretación, y se remontan al siglo XIII, tras la Conquista cristiana.

Por entonces, Pedro III de Aragón ordenó construir una villa fortificada en el peñón, en 1282, como muestra de fuerza frente a los musulmanes y para evitar posibles rebeliones.

Pero el primer proyecto fracasó y fue el almirante Roger de Llúria quien impulsó la construcción de la Pobla de Ifach en el año 1298, aunque esta sería destruida parcialmente en 1359, durante la guerra entre las Coronas de Castilla y Aragón. Finalmente, quedó abandonada hacia el año 1400.

En la actualidad, este yacimiento arqueológico cuenta con importantes campañas de excavación todos los años, lo cual permite descubrir continuamente nuevos datos sobre el enclave, que ocupa una superficie de unos 70000 metros cuadrados.

Según los hallazgos, la muralla tenía una longitud de 800 metros y contaba con once torres, comunicadas por un camino de ronda. Una de estas torres, denominada Campanario, conserva unos 10 metros de su altura original. Así mismo, se han conservado los vestigios de unos 250 metros de muralla y los basamentos de diferentes estructuras.

3. El peñón de Ifach de Vicente París.

Vicente París Morlá fue un acaudalado hombre de negocios, nacido en Dénia en 1859. Adquirió el peñón de Ifach y los terrenos de sus laderas, con los cultivos de viña e higueras que en estas había, en la segunda década del siglo XX.

Construyó dos casas, una para uso propio y otra para el casero, en la ladera norte del peñón, un camino ancho de acceso y, en 1918, mandó perforar la gran roca para hacer un túnel, de unos 50 metros de longitud, y poder llegar a la parte más alta de Ifach.

Entre otros negocios, París tenía una fábrica de embalajes en Galicia, que se utilizaban para la exportación de la uva pasa elaborada en Dénia, industria directamente ligada a los históricos riuraus.

4. El hotel fantasma del peñón de Ifach.

En el año 1951, los herederos de Vicente París vendieron el peñón de Ifach a José Mas Capó, quien comenzó a construir un hotel de cuatro plantas en la ladera.

El Ifach Palace Hotel no se llegó a terminar, aunque la estructura del edificio permaneció en el lugar durante unas tres décadas, hasta que el hotel del peñón de Ifach fue demolido por el Ejército en octubre de 1987.

Ruta en el peñón de Ifach de Calpe.

Longitud: 5 kilómetros.
Desnivel: 300 metros.
Tipo de ruta: ida y vuelta por el mismo camino.
Dificultad: baja hasta el túnel; moderada hasta la cumbre.

La ruta de senderismo a la cima del peñón de Ifach se realiza a través de una ruta señalizada y bastante clara, que parte del Centro de Interpretación y Aula de la Naturaleza del parque natural.

Esta ruta zigzaguea por la ladera norte del peñón, por una senda ancha y repleta de miradores, en los que merece la pena pararse para observar el fascinante entorno, con el mar Mediterráneo presente en todo momento y una espectacular panorámica de Calpe.

Pasado el túnel, la senda se vuelve más escarpada y presenta una mayor pendiente, por lo que este tramo puede ser no apto para excursionistas que se estén iniciando en el mundo del senderismo.

A la salida del túnel del peñón de Ifach, unas decenas de metros más adelante y antes de seguir con el ascenso a la cumbre, tenemos la opción de llegar al mirador de Carabineros, desde donde siglos atrás se oteaba el mar Mediterráneo para alertar de posibles ataques de piratas berberiscos.


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