CABO DE LA NAO 2024
El cabo de la Nao es un singular accidente geográfico de Jávea que cuenta con monumentales acantilados y calas paradisíacas escondidas.
El escarpado cabo de la Nao no sólo es el territorio de la Península que antes saluda al sol, pues es el más oriental, sino un lugar de enorme belleza que guarda múltiples tesoros orográficos. Entre ellos, minúsculas y escondidas calas, muchas sólo accesibles en barco, vertiginosos acantilados, y unas vistas inigualables del litoral desde cualquiera de sus múltiples miradores.
ALOJAMIENTO
Localizador de reserva: A169-4829905420-701 PIN: 4954

Apartamento Cumbre del Sol by Alterhome
56 Carretera Superior, 03726 Cumbre del Sol, España
Telf.: 919 01 80 85
Plan de viaje

Propuesta gastronómica
Leyendas
Cala de la Granadella
La leyenda cuenta que Jaume, un pescador vecino de Dénia que no ha logrado cumplir sus sueños, después de soñar con un hada madrina, salió al mar y después de pasar el Cabo de San Antonio y llegar a la Granadella, tiró sus redes y al subir la captura se le apareció un extraño pez. Se trataba de una larga serpiente de mar y de colores llamativos que tenía tres cabezas con dos grandes ojos cada uno pero un solo cuerpo que finalizaba con dos colas, a la que llamaban la Madre de los peces. Esta le pidió un favor: «No te asustes, no te haré daño, aunque tú a mí sí», le dice la Madre de los Peces. Jaume, sorprendido, y con intención de no matarla, escucha sus plegarias. La Madre de Piscis había llegado para darle suerte. Le pidió cortar las cabezas, el cuerpo y las colas. El cuerpo debía tirarla al mar, pero las cabezas debían ser comidas por su mujer, la perra y la yegua. Las colas debían ser plantadas en el huerto de su casa. Parecía que con estas órdenes la vida de Jaime y su mujer cambiaría. Y efectivamente, les llegó la salvación. Al mismo tiempo, Jaume y su mujer que no habían conseguido tuvieron descendencia, tuvieron dos hijos gemelos, al igual que sus animales y en el huerto crecieron dos espadas. El sueño de Jaume se cumplía, pero un buen día, uno de los hijos decide emprender un nuevo camino. No quiere seguir siendo pescador. Quiere recorrer la Comunidad buscando una nueva vida, toma una espada, un caballo y un perro e inicia su viaje. Fue una aventura llena de dificultades pero que gracias a la espada mágica, le llevaron a tuvieron bienestar, casándose con la hija del Duque de Onil.
Puig Campana
Cuenta la leyenda que en la ladera de el Puig Campana hubo un gigante llamado Roldán, era el dueño y señor de todo aquello y vivía en una cabaña que él mismo había construido. Tenía todo lo que un gigante de sus características podía querer… pero no era feliz, le faltaba el amor.
Cuentan que un día conoció a una bella jovencita de la que quedó enamorado. El amor fue mutuo y ambos vivieron su romance en la cabaña del gigante. Desde aquel día Roldán hacía todo lo posible por complacer a su amada dándole toda clase de caprichos y comodidades para que se sintiera cómoda y feliz.
Pero un día, Roldán volvía a su cabaña se cruzó con un extraño que le dijo que a su bella doncella le quedaban muy pocas horas de vida, justo las que quedaban para que el sol se pusiese por la ladera de la montaña. Al final del día su joven amada moriría sin remedio.
Roldán partió corriendo hacia su cabaña y comprobó como su amada poco a poco iba apagándose. Conforme pasaban las horas y el sol bajaba, ella se encontraba peor. Ante la impotencia, el coloso salió furioso a recriminarle al sol. Entonces recordó la frase del extraño "cuando se oculte el sol morirá" Enfurecido salió corriendo hacia la cumbre del Puig Campana y de un puntapié rompió un trozo de montaña dejando así pasar el sol unos minutos más. Bajó corriendo a por su amada para intentar alargar el máximo tiempo su vida, pero el sol no tardó en ponerse.
Roldán no pudo dejarla por lo que se dirigió como un sonámbulo hacia el mar en busca de la luna con la esperanza de que su luz la salvase. Al no funcionar, la enterró en el nuevo islote y se quedó junto a ella el resto de sus días, "se abrazó a ella para con su cuerpo seguirla amparando y protegiendo por toda la eternidad"
Cuentan, que el trozo de roca que salió disparado del puntapié que Roldán le dio a la montaña del Puig Campana fue a parar al mar de Benidorm.